A medida que internet y la globalización estrechó los límites de nuestro mundo, las empresas han tenido que aumentar su especialización. Las compañías ya no pueden hacer muchos tipos de trabajos para un público específico, sino que han de hacer un trabajo para muchos tipos de público distinto. Porque, sin importar el sector productivo en el que operes, nunca vas a poder destacar, nunca vas a poder ser el mejor, ni la principal opción para tus clientes en muchos campos. Pero sí puedes ser único en algo.
Y esto es algo particularmente cierto en el sector de la comunicación. Cada sector, cada tipo de cliente, cada canal, tiene una idiosincrasia única que lo hace completamente distinto a todos los demás. Es algo lógico: el mensaje de una empresa de cosmética no puede transmitirse de la misma manera, ni con el mismo tono o personalidad, que el de una compañía de telecomunicaciones.
Por eso, cuando Fakoy nació hace ocho años no lo hizo con la idea de ser una agencia más, sino que lo hizo con el firme propósito de convertirse en la agencia de comunicación y márketing líder del sector industrial.
Una posición de liderazgo que, con más de 900 acuerdos con medios sectoriales, 140 poyectos de colaboración con varias asociaciones y grupos de distribución/centrales de compra como Würth o Grupo Electrostocks, y una cartera de clientes en la que se puede encontrar a ABB, Siemens, Siemens Gamesa, Panasonic, Fluke, Televés, Yaskawa, Etex, BMI, GES o Obramat, parece haber sido ya alcanzada pero que no supuso un reto precisamente pequeño.
Una comunicación y metodología especializada para el sector industrial
Y es que el industrial es un sector que, por sus características intrínsecas, seguía muy atado a los métodos y canales offline propios del pasado siglo. Pese a que su trabajo afecta de una manera transversal a la totalidad de la población, la complejidad y tecnicismos del mismo complicaba en sobremanera la comunicación de su mensaje.
Con un equipo altamente especializado, que conoce perfectamente el sector y cada uno de sus actores, pero que se ha criado en el mundo digital, se apostó por una estrategia de comunicación piramidal en la que todos y cada uno de los contenidos y acciones realizadas por Fakoy ofrecería algo de valor al público, sin importar el background del mismo.
En la punta de esta pirámide, se relacionaría siempre a sus clientes con una tendencia, concepto o tecnología conocida para el gran público, lo que nos permite no solo alinear a la marca con estos conceptos, sino atraer la atención de un público generalista que de otra manera jamás consumiría este tipo de mensaje; para posteriormente ir descendiendo desde este concepto general a muchos más técnicos y complejos, y ofrecer así la información y el valor que demanda el público más especializado.
Una estrategia omnicanal, igualmente válida para contenidos escritos en vídeo, para medios online que para redes sociales, capaz de transmitir su mensaje tanto al usuario generalista como al profesional técnico, y hacerlo de una manera efectiva sin importar que sea en YouTube o en una feria sectorial.
Sin embargo, trabajar de un modo y para un sector tan especializado, requiere también de una estructura interna que poco tiene que ver con las agencias de comunicación tradicionales. Si en estas, un project manager puede tener en sus manos entre seis y diez cuentas, en Fakoy cada uno de los project managers lleva hasta un máximo de cuatro.
Una organización interna que, si bien es fruto de la necesidad – como decíamos al inicio, nadie puede estar especializado ni ser experto en todo, a la hora de la verdad ha creado una serie de sinergias sin las que había sido imposible lograr la confianza y la fidelidad de grandes compañías como Pemsa, Socomec, Legrand, Jung, Phoenix Contact, Grupo Sesé, Logista o Power Electronics.
Dentro de Fakoy, el project manager trabaja casi como un empleado de estas compañías infiltrado en la agencia. Conocedor de la marca, él es el encargado de trasladar y gestionar las necesidades de un cliente con el que está en contacto contínuo, haciendo que este solo tenga que preocuparse de presentar sus necesidades y aprobar las soluciones ofrecidas; descansando así, toda la responsabilidad de la gestión, en el project manager.
El resultado son ocho años de ascenso continuo para la agencia, hasta una posición actual de liderazgo dentro del sector industrial reforzada durante el último año por un crecimiento del 28 %.
